Descripción:
Al asumir la presidencia el doctor Alfredo Palacio ofreció al pueblo refundar la República, para lo cual convocaría inmediatamente a una asamblea nacional constituyente. Se había violado tan gravemente el orden constitucional y llegado a tal grado de descomposición institucional y conflictividad política, que el planteamiento efectuado por el flamante mandatario se consideraba necesario y viable. Políticamente la Constituyente era el cauce por donde debía canalizarse y discurrir el gran torrente de pasiones, de exigencias de cambios, expectativas, intereses y posiciones políticas confrontadas; y, jurídicamente, la vía para reinstaurar el Estado de Derecho.
Además, si se la proponía con oportunidad, se habría tramitado fluidamente en el Congreso Nacional, entonces arrinconado por la crítica y la lucha «forajida». Sin embargo, el presidente Palacio cambió rápidamente de opinión y en menos de una semana abandonó la idea de la Constituyente y encomendó al vicepresidente de la República que, con la ayuda del Consejo Nacional de Modernización (CONAM), prepare, buscando la concertación nacional, un paquete de reformas constitucionales.