Para mucha gente con la cual convivimos, ya la palabra “ideología” es sinónimo de antimoderno, pensamiento retrógrado. En todas partes se ha extendido un estilo de vida corto-placista. Se acabaron las grandes visiones en este gran mundo. Los políticos y demás actores viven del día a día. Y se nos dice que eso es correcto, que no puede ser de otra manera, porque estamos todos bajo las órdenes de la globalización y de la TINA= there is no alternative (no existe alternativa). Es como el destino. Del destino tampoco sabemos que nos va a traer. Contra él solo podremos reaccionar. Cuando es así no nos queda margen para actuar, ni como individuos, ni como actores políticos.