Descripción:
El proceso concentrador del poder y la economía constituye hoy en día una forma grave de desarticulación nacional y de discriminación que desvirtúa esencialmente la democracia endeble y formal de nuestros países y esteriliza sus potencialidades para el desarrollo. La concentración del poder y la riqueza no solo debe ser considerada desde el punto de vista económico-social sino también, o en forma relevante, desde el enfoque espacial o territorial en el que se presentan similares y concomitantes niveles. Es fácilmente observable el hecho de que las oportunidades de salud, educación, trabajo, participación en la cultura e inclusive los niveles de ingreso tienen que ver no solo con la posición social sino con la ubicación territorial. El fenómeno de la concentración de la economía y el poder impulsa y genera las grandes aglomeraciones urbanas y suburbanas y obviamente el deterioro rural. El crecimiento económico se distribuye en cada país iberoamericano de una forma muy poco equitativa no solo en términos económico-sociales sino también espaciales o geográficos.