Descripción:
La invocación a la sociedad civil y la crítica a la clase política fueron los resultados más evidentes de las jornadas de febrero que culminaron en la caída de Abdalá Bucaram. Surgía una reivindicación de la sociedad civil como el nuevo sujeto que podría potencializar la participación ciudadana. En tanto que la clase política, entendida como el conjunto de los políticos profesionales, era objeto de una aguda crítica Detrás de esto, se halla la concepción de que los canales y mecanismos de representación política se encuentran en una fase de caducidad. Y se espera que la Asamblea Nacional convocada para octubre produzca una readecuación de las relaciones entre lo social y lo político.