Descripción:
Los propulsores de las reformas estructurales aplicadas en todo el mundo desde hace más de una década, que incluye, entre otras, la liberalización comercial y financiera, la reforma del papel del Estado en la economía y las reformas laborales, prometían conducir a la economía mundial a una etapa de estabilidad y crecimiento económico sin precedentes históricos. En la práctica, sin embargo, el ritmo de crecimiento económico promedio de la economía mundial en los años noventa mantuvo una tendencia descendente, en medio de una inestabilidad cada vez mayor que se manifestó en sucesivas crisis financieras y una profunda inestabilidad cambiaria.