Descripción:
La construcción de identidad simbólica de un niño, su capacidad de devenir autónomo y responsable, pasa por un proceso de identificación a una figura que represente para él un Ideal. El
padre nombrado como tal por la madre suele ocupar esta función. Sin embargo, cuando el padre no está reconocido por la sociedad, ni valorado por la madre, solo queda al joven, para suplir a este vacío, buscarse identificaciones imaginarias en el abanico de posibilidades del mundo posmoderno: tribus urbanas, adscripciones sexuales o pandillas. En estas condiciones, su
personalidad se construye ‘como si’ en el mejor de los casos, pero fácilmente puede derivar hacia el camino errante de la psicopatía.