Descripción:
A principios de 1864, bajo la presión de las rudas pruebas por que acababa de pasar, García Moreno se preguntaba á sí propio, si humanamente le era posible continuar luchando contra todas las fuerzas revolucionarias de lo interior y del extranjero. Liberales y radicales se obstinarían indudablemente en destruir el concordato; los franmasones de Colombia se unirían á los del Perú para fraternizar con Urbina y organizar nuevas invasiones; ¿cómo dominar esta jauría rabiosa con un ejército frecuentemente mandado por traidores, y una constitución estúpida que forzaba al poder á cruzarse de brazos ante la anarquía?