Descripción:
Asi como á la memoria de los héroes profanos se erige estatuas y tributa honores, con mayor razón se debe hacerlo á la de los justos, perfectos destellos de la Providencia Divina. En la tumba de ciertos hombres célebres se depositan coronas fúnebres que son insignias no de trofeos ó hazañas de los que pasaron, sino de la consternación y abatimiento de los que les sobreviven. En la tumba de la Zoila Rosa Mariana, de Jesús Salvador González no hay sombra de tristeza, ni flores agostadas, ni ángeles que lloran; todo lo contrario, vestida de blanco la alegría, perfumadas las flores y triunfantes los ángeles, festejan su resurrección.