Descripción:
Son diversas las vocaciones que provocan cambios de contenido en la composición de las ciudades; estas dan lugar a nuevos protagonismos y a nuevos fines, ambos de distinta índole. Integradores, cuando los hechos (procesos y consecuencias) socioeconómicos, culturales, urbanos, entre otros, son visibles dentro del marco global (efectos en red) y del característico de cada urbe. Históricos, cuando estos hechos se acaban y el fin de la ciudad como entidad de algo, termina (Carrión, F. 2005). Recientes, cuando son acciones de ir hacia adelante y el inicio de la ciudad como entidad de algo, empieza. Y específicos, cuando los efectos de estos hechos, positivos o no, se internacionalizan.