Descripción:
Bien como en presencia de una tumba elocuente y luminosa, no fué nuestro contener lágrimas y gemidos, y revelamos lo que nos dictaban dolor y patriotismo; así, hoy que se halla en esta Capital el más respetable de los apoderados de la Nación, el ilustre é inmaculado Sr, D. Pedro Carbo, también nos sentimos como forzados á romper el silencio que nos está salvando de nuevos infortunios.