Descripción:
La brutalidad y barbarie del ataque terrorista a Estados Unidos desató una ola incontenible de simpatía y solidaridad internacional a la que se sumó espontáneamente América Latina. Esta adhesión, sin embargo, no puede ser incondicional. No podemos respaldar a Bush haga lo que hiciere. Frente al desafío terrorista debemos rechazar dos extremos indeseables: la impunidad y la arbitrariedad.