Javier De Lucas en su publicación Mediterráneo: el naufragio de Europa, desarrolla una reflexión en torno a la falta de compromiso político por parte de la Unión Europea (UE) para responder ante su obligación de garantizar el derecho a la vida y el derecho al asilo de las personas que cruzan el Mediterráneo. De Lucas hace referencia al Informe de la OIM Fatal Journey. Tracking Lives Lost during Migration. En este estudio, el Mediterráneo se plantea como la frontera más peligrosa del mundo; en 2014 de un total de 4,077 muertos en las diferentes fronteras del planeta, 3,072 inmigrantes murieron intentando cruzarlo. Por otro lado, en palabras del autor el Mediterráneo no sólo es una de las mayores fronteras globales, sino que presenta una verdadera “falla demográfica”, representada en la gigantesca desigualdad y diferencia entre el PIB y la tasa demográfica de las regiones que separa.