¿Qué nos han dicho desde que hace quince meses empezamos el intento de vigorizar esta revista? Al principio nos dijeron que urgía el cambio porque había perdido actualidad, que era densa y casi ilegible, que su diagramación era pesada y desalentaba, que parecía desvinculada de la realidad de los cambios rnaratónicos en curso en las comunicaciones de masas, que su lenguaje caía con demasiada frecuencia el oscurantismo de las jergas profesionales. Nos dijeron que estábamos ideológicamente desubicados ante los cambios planetarios que ocurrían en lo y lo económico. Que no sólo las cosas andaban mal, muy mal, en el mundo de las comunicaciones, sino que también se gestaban cambios impresionantes en casi todos los frentes. Pensamos que Chasqui debía ser testigo de esos cambios, acompañarlos, y aportar constructivamente a las comunicaciones sociales.