Descripción:
Hasta aproximadamente mediados del siglo XX la ciudad de Quito se abastecía de agua a través de los riachuelos que bajaban del Pichincha. Sin embargo el crecimiento de la urbe y de su población fueron incrementado la demanda hídrica, lo que obligó a extraer agua de fuentes cada vez más lejanas: la solución que se encontró fue “llevar el tubo más lejos”. El municipio ha buscado fuentes hídricas, primero en la cordillera occidental empezando por el Pichincha desde el siglo XVI, hasta el actual Proyecto Ríos Orientales, en las vertientes orientales de la cordillera oriental, para evitar un posible déficit de agua para la ciudad.