La investigación, realizada en Costa Rica y El Salvador, se interroga por la relación entre dinámicas ambientales y conflictividad social. Las dinámicas ambientales han sido analizadas mediante el concepto de metabolismo socio-natural, es decir, como resultado del nexo físico de una sociedad y su entorno. Tres elementos que definen el metabolismo socio-natural en una sociedad dada son las formas de ocupación del espacio, las actividades económicas desarrolladas y los desechos y emisiones que resultan de todo ello. El estudio analiza las diferencias y semejanzas del metabolismo socio-natural en El Salvador y Costa Rica mediante el uso de indicadores monetarios y físicos. Por otra parte, la conflictividad social-ambiental se ha entendido como un proceso colectivo de problematización o crítica de dos cuestiones: de las formas que adopta ese vínculo sociedad-naturaleza y, por otra parte, de la distribución de los beneficios y riesgos derivados de esa relación. Desde inicios de la década de 1990, cada vez con mayor frecuencia, la movilización de intereses económicos en zonas rurales y urbanas motiva la respuesta de comunidades locales y organizaciones ciudadanas que defienden la integridad de ecosistemas, paisajes o territorios, ya sea por su “valor intrínseco” o por su papel en la prestación de servicios ecosistémicos de los que depende el bienestar de la colectividad. Se observa que los intereses económicos se enfrentan a oportunidades muy distintas en el territorio, resultando en pautas distintas del metabolismo socio-natural y de la conflictividad ambiental: los conflictos en torno a recursos agrícolas, forestales y sitios de interés turístico predominan en Costa Rica, mientras que en El Salvador se observa una variedad más grande de conflictos, que involucran, por ejemplo, infraestructura para trasnporte o el manejo de desechos. El estudio sugiere que la conflictividad ambiental en El Salvador está relacionada con la alta densidad y dispersión de la población en el territorio, puesto que casi cualquier modificación ambiental tiene el potencial de afectar uno o más centros de población. Por otra parte, la investigación explora los vínculos entre el ambientalismo y otros sectores del movimiento social en ambos países. Así, la gama de actores locales que protagonizan luchas ambientalistas se muestra más diversa en Costa Rica. Sin embargo, la historia política de El Salvador ha forjado afinidades, redes y lealtades que atraviesan a múltiples movimientos sociales y políticos. Se observa, entonces, a un sector del ambientalismo formando parte de la izquierda social, y a ésta con fuertes vínculos con la izquierda política.