La externalización del cuidado de los hijos pequeños en los Estados Unidos es un tema problemático. Lo es aún más para las mujeres migrantes que portan estatus legales irregularizados, que viven en familias monoparentales, son cabeza de hogar, están ocupadas en trabajados remunerados de reproducción y tienen hijos menores de cinco años a su cargo. Estas mujeres no cuentan con el apoyo de la familia ampliada que permita su externalización en ese espacio, tampoco alcanzan a cubrir los costos en el mercado, pues son exorbitantes, y se dificulta su aprovisionamiento en el Estado, pues existen limitaciones propias del estatus legal que les alejan del acceso a programas públicos de cuidado.