Esta tesis indaga sobre cómo construyen su temporalidad los jóvenes varones afectados por el sistema penal juvenil que se encuentran privados de su libertad en un centro socio-educativo de régimen cerrado de la Ciudad de Buenos Aires. Concretamente, el propósito fue conocer la rutina diaria de este Centro, identificar qué otras temporalidades entran en diálogo con la de los jóvenes encerrados y conocer las representaciones y estrategias desarrolladas por ellos en torno a la experiencia temporal. A partir de un trabajo de campo, tipo etnográfico, fue posible comprender que la temporalidad de los jóvenes privados de su libertad es co-construida entre el ritmo institucional y el encuentro con otras temporalidades que ingresan al Centro, a través de la visita de sus familiares, de la convivencia durante el encierro con compañeros de sus barrios de origen, de las fechas sociales como navidad y año nuevo y de la temporalidad propia del sistema judicial. A su vez, esta investigación devela que estos jóvenes desconocen cuánto tiempo durará su privación de libertad y que la experiencia temporal varía en relación a los diferentes espacios físicos de este Centro. Asimismo, se evidencia cómo los jóvenes recurren a no pensar en el paso del tiempo como un modo de afrontar la vida encerrada. Finalmente, esta tesis da cuenta de la capacidad de agencia en la construcción de su temporalidad por parte de los jóvenes encerrados, y explora las líneas de continuidad entre el adentro y el afuera de estos dispositivos de encierro.