El campo de la primera infancia, en la actualidad, está siendo visibilizado con tensiones y debates en las categorías de cuidar-asistir, enseñar-educar. Son debates que interpelan a la educación infantil y que no siempre logran interpretar ese sistema dual compuesto por establecimientos que enseñan y por establecimientos que asisten y enseñan por fuera del circuito de la enseñanza oficial. En este trabajo se pretende dar a conocer la experiencia de un comedor educativo que atiende a 360 niños-niñas-niñes en un solo turno, explorando la labor que se realiza desde el rol de mujeres educadoras, “las señoritas”, el rol de mujeres coordinadoras y profesionales que actúan voluntariamente. Se pretende exponer una diversidad de posiciones y relatos en la compleja relación entre el cuidado y la enseñanza en un sistema de protección integral con un disciplinamiento aceptado y naturalizado por las familias y el personal. A través del presente estudio se devela cómo esta experiencia puede convertirse, para su comunidad, en una invención de orden político cuando sus prácticas aspiran a alcanzar soluciones reales, abordando la perspectiva de infancias y la perspectiva de mujeres (géneros y diversidad) en situaciones de vida con derechos vulnerados.