El consumo de sustancias psicoactivas representa en la actualidad uno de los mayores desafíos desde diferentes áreas en la sociedad moderna; debido a las consecuencias físicas, mentales, sociales, económicas y jurídicas que acarrea, el abuso en el consumo de las sustancias psicoactivas es una problemática desde la mirada de la salud pública. (Toro, 2017). Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) (2018) se calcula que alrededor de 250.000 millones de personas en el mundo en edades en los 15 y los 64 años por lo menos alguna vez han consumido una sustancia psicoactiva, más de 29 millones de personas presentan un trastorno relacionado con el consumo de drogas y 12 millones de ellos consumen drogas inyectables de las cuales el 14% se contagiaron de VIH, afectando la calidad de vida a largo plazo. Por otro lado, se encuentra que aumentó el consumo de sustancias poco conocidas y que aún no se han logrado estudiar ya que suelen ser confundidas y comercializadas por sustancias como la heroína y la cocaína, y se ofrecen con esos nombres.