La conquista y posteriormente la modernidad, implicó la consolidación de la racionalidad logocéntrica, ésta y el desarrollo de la racionalidad moderna, fueron acentuando la idea de que los animales son un objeto apropiable y utilizable a conveniencia de sus propietarios. Esto sin embargo, no solo que está puesto en duda, sino que forma parte de los derechos de la naturaleza, así como, de los derechos ambientales, por lo que la relación hombres/animales es un asunto judicializable, como lo fue la Sentencia emitida por la Corte Constitucional ecuatoriana en el caso de la Mona Estrellita. La caza de animales, como demuestra, por otro lado, el caso Sarayacu, visibiliza la idea de que ningún derecho es absoluto y que su aplicación depende del consenso colectivo.