El cambio climático es un asunto de preocupación global que ha motivado la generación de una gran diversidad de medidas, estrategias, proyectos y mecanismos para su gestión. Entre las medidas que se han identificado para la mitigación de esta problemática se encuentra la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero que provienen desde los diferentes sectores productivos, entre ellos, el relacionado con el sector de cambio de uso del suelo, derivado de la deforestación y de la degradación forestal. La Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación, conocido como REDD+, es uno de los mecanismos que se han propuesto en el seno de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), motivando a los países en vías en desarrollo a adoptar este mecanismo como parte de los incentivos para implementar acciones que promuevan la conservación, la restauración forestal, y la incorporación de actividades agroproductivas sostenibles.