Investigaciones científicas demuestran que para un adecuado desarrollo de la primera infancia, niñas y niños deben contar con: alimentación nutritiva, cuidados médicos y preventivos, agua segura, higiene, entornos protectores y estimulación efectiva. La carencia de estos elementos básicos acarrea consecuencias negativas para un buen desarrollo a corto y largo plazo para un individuo, incluso genera limitaciones para el desarrollo social. Por estas razones, en el Ecuador se han implementado programas, proyectos y políticas públicas enfocadas en la atención y desarrollo de la primera infancia hace más de cuarenta años. Pese a ello, niñas y niños en pobreza y pobreza extrema continúan atravesando condiciones de riesgos y vulnerabilidad. Parte de las limitaciones que han tenido los programas, proyectos y políticas públicas enfocadas en la primera infancia se han caracterizado por ser intervenciones fragmentadas. Tal fragmentación incide en el inadecuado desarrollo infantil convirtiéndose en un problema complejo que debe ser abordado desde diferentes ámbitos.