La participación de las mujeres en los procesos electorales enfrenta aún muchas trabas reflejadas en diversos tipos de violencia. A pesar de que las medidas efectivas y otros mecanismos han tenido un impacto positivo en la participación política femenina, es necesario un análisis cualitativo pues el avance medido en términos cuantitativos no empata con la realidad y deja de lado los distintos matices de la problemática. Al incursionar en el juego electoral las figuras femeninas experimentan una serie de obstáculos forjados en la estructura propiamente patriarcal bajo la cual opera la política y que suponen barreras condicionantes para las mujeres que buscan incursionar en este ámbito. Dichas barreras se materializan en varias formas: estereotipos de género, violencia política, condiciones de participación, entre otras, y a las que las mujeres tanto en tiempos electorales, como en el ejercicio de sus cargos, deben sortear esta serie de obstáculos que, naturalmente no se presentan para sus pares masculinos.