El presente estudio analiza la transición de la agricultura familiar campesina a la agricultura periurbana en torno del proceso de periurbanización que experimenta una zona rural al noroccidente de Quito. Por periurbanización se entiende al “sistema complejo que se expresa en la interfase de dos espacios geográficos aparentemente definidos y diferenciados: el campo y la ciudad” (Barsky 2005, 2). La periurbanización es un escenario en constante transición y en permanente transformación, su característica es la heterogeneidad de actividades, actores, redes, intereses y usos que interactúan en el mismo (Zulaica, Ferraro y Vázquez 2012, 2). En ese sentido, los cambios y transformaciones constantes del territorio periurbano impactan de forma directa en los sistemas productivos de la agricultura familiar campesina. Estos temas cobran importancia en los debates territoriales y en las preocupaciones ambientales, debido a que el crecimiento exponencial de las ciudades se realiza sobre la base del territorio rural restando espacio y recursos para el desarrollo de esta actividad (Rearte et al. 2016, 4).