Partiendo de un complejo regimental para el cambio climático, donde existen multiplicidad de actores, el sector privado en particular cuenta en este esquema con una gobernanza privada del cambio climático, distinta a la gobernanza estatal. Esta gobernanza privada da lugar a distintos arreglos institucionales que generan nexos entre lo público y lo privado. Se afirma en este trabajo que los Estados ya no tienen el monopolio de la gobernanza climática y que para que la gobernanza climática sea realmente globalizante necesariamente debe incluir al sector privado. Esta necesidad lleva a la Organización de las Naciones Unidas a vincular a las empresas a través de la asociación público-privada, Pacto Global. En este trabajo se parte de la premisa que, a través de una iniciativa de Pacto Global como es “Caring for Climate” el sector privado, específicamente el grupo de empresas de América del Sur signatarios de la iniciativa mencionada, se involucran en la reducción de emisiones, el establecimiento de metas, informan pública y periódicamente, acompañan a los gobiernos nacionales en el desarrollo de políticas y medidas y, pueden llevar a cabo procesos de identificación y evaluación de los principales riesgos climáticos; siendo el recorte temporal entre 2015 y 2020. De este análisis se concluye que, por un lado, hay baja participación de las empresas signatarias en la reducción de emisiones y que la metodología para informar es deficiente y carece de estandarización, además en muy pocos casos se establecen metas. Por otro lado se pudo observar que el tema del riesgo climático tiene más convocatoria entre en sector privado, siendo esta la dimensión de más participación de las empresas y la que más crece año a año durante el perÍodo de estudio.