Los denominados “conflictos armados internos” han dado lugar a nivel global al desarrollo de un aparato político y económico que ha reducido la intervención a las lógicas de gestión (administración de la excepción) y a la aplicación de tecnologías políticas. Esta disertación doctoral explora dicho fenómeno mediante la comparación implícita del caso conflicto armado colombiano frente a una batería teórico-conceptual de orden global. Los ejes del texto son el manejo de las crisis humanitarias por violencia política; la gestión de los procesos de transición hacia la paz (liberal) de los estados en conflicto y la normalización del estado de excepción. En el primer eje, el texto argumenta que las crisis humanitarias son tanto crisis de reconocimiento de la dignidad humana como de los marcos conceptuales que encapsulan conflictos de orígenes y motivaciones políticas y sociales muy diferenciadas que, por lo tanto, reducen el espectro de soluciones políticas posibles o imaginables. En relación al segundo eje, se platea como los conflictos armados internos asociados a violencia política de larga duración no pueden solucionarse solo desde la perspectiva de la paz liberal sin considerar las profundas raíces y transformaciones en el tejido social por la violencia sistémica como experiencia cotidiana. El tercer eje considera la manera en que la transición hacia el posconflicto no se configura por el cese de la confrontación armada; de allí que la disminución en la escala de violencia política, así como de los sistemas de dominación social armada, debe entenderse como un movimiento continuo de acomodación de tiempos, actores, territorios y discursos. Esta investigación sostiene que la intervención en el manejo de conflictos armados internos desde los preconceptos “estadocéntricos” del liberalismo de última generación ha truncado la capacidad de las sociedades locales para construir procesos de paz de corte civil, en vez de pacificaciones militares y estatalistas de corte normativo.