La resignificación de las identidades masculinas como una estrategia para prevenir la violencia en contra de las mujeres en Ecuador es posible, partiendo de la certeza de que las identidades se pueden transformar y de que los hombres puedan superar el modelo tradicional de masculinidades hegemónicas impuestas por un sistema patriarcal y misógino que se ha ido construyendo de forma histórica en el mundo. Partir de esta premisa permite establecer la posibilidad de que se puedan generar cambios sociales que fomenten la igualdad y mejoren la convivencia social a través de la construcción de una cultura de paz, libertad y autonomía para mujeres y hombres. Esta transformación social y humana sería la base de la prevención de violencia en contra de las mujeres y niñas, lo que permitiría salvar sus vidas, garantizar sus derechos, protegerlas y saber que pueden construir su propia historia sin miedo.