Los sistemas penitenciarios son escenarios en donde se desarrolla infinidad de dinámicas sociales, culturales, psicológicas, políticas y económicas. Más allá de presentarse como estructuras punitivas y de castigo, son espacios de interacción social, en el que paradójicamente el crimen se reproduce, en lugar de retraerlo y contenerlo. El entendimiento y eliminación del crimen, corresponde a una evolución histórica, que en Latinoamérica ha manifestado diversos fracasos. Parte de la responsabilidad estatal, es preservar la seguridad ciudadana, y cuidar el bienestar social de sus pobladores, por lo que el control del crimen, efectuado desde la privación de la libertad controlada por los sistemas penitenciarios, se ha convertido a lo largo de los años, en una salida inmediata, y en muchos casos única. Brasil y Colombia son dos de los países más ejemplares en los que se puede estudiar y analizar las dinámicas penitenciarias e históricas.