La planificación estratégica en urbanismo es crucial para establecer una visión compartida, definir objetivos y acciones a largo plazo, comprender las relaciones entre ciudades, anticipar escenarios futuros y coordinar a todos los actores locales. Esta planificación estratégica debe considerar aspectos económicos, sociales, ambientales y culturales. La construcción de ciudades más sostenibles, resilientes y en armonía con el entorno requiere una planificación urbana que integre criterios de adaptación al cambio climático, protección del ambiente y gestión eficiente de los recursos naturales. En el caso de la ciudad de Guayaquil, se observa una configuración anárquica y escasa o nula participación del gobierno local en la planificación urbana, donde convergen dos lógicas en relación al acceso al suelo: la lógica de mercado y la lógica de la necesidad.