El actual modelo de expansión del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) ha restringido la capacidad de renovación de los procesos naturales y ha puesto en peligro la diversidad biológica, debido al accionar antrópico en relación a procesos como el desarrollo de infraestructura de servicios, los cambios en el uso de suelo, además del crecimiento de la mancha urbana. A esto, lo acompañan procesos como la reducción de zonas para la agricultura, la concentración de monocultivos, o la concesión para actividad minera, lo cual ha conllevado en una disminución en la extensión de polígonos rurales y de protección ecológica.