En la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales celebrada en Salamanca por la UNESCO en 1994, se refirieron, por primera vez, a la idea de una educación inclusiva como respuesta a la necesidad de que alumnos con necesidades educativas especiales de todas las edades reciban enseñanza dentro de un sistema educativo ordinario. Durante estas tres décadas, como lo dice Mel Ainscow (2003), muchos países se han interesado en incorporar a su política y a sus prácticas educativas un componente inclusivo. El Ecuador se ha adherido y ratificado a acuerdos y convenciones relacionados a la discapacidad, educación y educación inclusiva. Precisamente en este año se aprobó el Reglamento de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (2023) en la que se registra un importante y nutrido articulado referente a la inclusión educativa, esto, en respuesta a los compromisos internacionales adquiridos, pero sobre todo en un afán de regular y atender a un alumnado que cada vez es más diverso.