Esta última década del siglo XX estará marcada por redefiniciones relevantes en el plano político mundial. Los profundos y veloces cambios que se suceden en Europa del Este deben ser cuidadosamente analizados. No obstante, aun sin estos acontecimientos, hay hitos que, de todos modos, hubiesen atraído nuestra atención. Entre los más importantes, la pérdida gradual de hegemonía de los Estados Unidos y el surgimiento de nuevos puntos de referencia en que, Japón aparece acompañado de los pujantes países del sudeste asiática (Corea, Taiwán, Singapur) y, la República Federal de Alemania, se ve más bien fortalecida por la presencia de un referente europeo que se consolidará en 1992, justamente, a través del mercado único sin barreras físicas, fiscales ni técnicas.