Descripción:
No suele ser fácil en América poner al alcance del gran público la producción total de sus grandes escritores. A veces, los fragmentos dispersos de ella suelen ser atesorados por bibliómanos egoístas. A veces, muchas páginas geniales quedan perdidas para siempre en lugares ignorados. Las Páginas Desconocidas de Juan Montalvo han tenido la fortuna de sobrevivir, debido al celo y generosidad de un anciano que baja a la tumba con un halo de gloria, y que nos ha legado, en su testamento postrero, la producción incógnita de aquel gran precursor de la unidad espiritual de Hispanoamérica. Vayan, pues, Las Páginas Desconocidas asociadas a un nombre benemérito: al del patricio don Roberto Andrade.