Descripción:
Con el advenimiento Michelle Bachelet al Palacio de La Moneda, segundo gobierno socialista postdictadura, se creyó que la democracia chilena había llegado a su consolidación democrática. Sin embargo, esta nueva democracia no contempló ni implicó necesariamente la disminución de la violencia política estatal sobre la sociedad civil tanto en el ámbito estructural, como simbólico y represivo.
Lo anterior se comprueba al observar la evolución del conflicto entre el Estado chileno y el pueblo Mapuche, donde la violencia política se ha convertido en el mecanismo dominante de relación entre ambos actores, reflejando una proporción inversa entre violencia y democracia.