Por más que Argentina cuenta con tasas de escolarización que la sitúan entre los primeros puestos de la región en materia de cobertura del sistema educativo, hay casi 400.000 niños y jóvenes en edad escolar que no acceden al mismo. La educación tiene importantes beneficios, no solo en términos de mayores ingresos para el trabajador educado, sino numerosas externalidades positivas como por ejemplo menores tasas de criminalidad y mejores niveles de salud. De esta forma, la sociedad en su conjunto paga un alto precio por no universalizar la educación. Debido a la limitada disponibilidad de datos estadísticos, la mayoría de los análisis de factibilidad de políticas educativas se centra en sus costos de implementación, mientras que quienes intentan abordar un análisis costo-beneficio suelen incluir entre sus beneficios solo aquellos de naturaleza monetaria. Este enfoque acota el proceso de toma de decisiones en la materia. Este estudio intenta contribuir a remediar esta limitación al presentar una metodología que podría emplearse para llevar a cabo un análisis costo-beneficio de políticas educativas que incorpore tanto beneficios monetarios como no monetarios. Para ejemplificar esta metodología, se desarrolla un análisis costo-beneficio de universalizar la educación obligatoria en Argentina. Para ello se contabilizan los beneficios asociados a un aumento en los ingresos privados, a una reducción de la mortalidad infantil, a una mejora en el estado de salud de la población y a una disminución del nivel de criminalidad. Nuestro ejercicio permite estimar una relación beneficio-costo de 2,7, lo que implicaría que los beneficios de universalizar la educación serían casi tres veces los costos de dicha política.