Descripción:
Hemos estado acostumbrados a vivir nuestras coyunturas con un inconfesable sentimiento de intrascendencia. Una historia llena de episodios en los que “algo cambia para que todo siga igual”, o de “último día de despotismo y primero de lo mismo”, ha atrofiado nuestra radicalidad para actuar y, a veces, incluso nuestra capacidad de asombro, al punto de creer que las grandes transformaciones ocurrirán en cualquier parte, menos en este país barroco y tropical.
Los resultados de los cuatro últimos procesos electorales indican una nueva correlación electoral,
más aun, una nueva correlación social y política. Cabe preguntarse por ello, ¿cuál es la profundidad, la complejidad y el sentido de este momento histórico? ¿Es sólo el implacable recambio generacional de élites: hijos por padres, sobrinos por tíos…? ¿O se trata ciertamente de una revolución, de la manera y con los alcances con los que hoy es posible hacerla? ¿Son suficientes las categorías de la politología institucionalista que, luego de buscar debajo de todas las piedras la gobernabilidad neoliberal, no sabe cómo comportarse frente a esta mayoría? Frente a esta avalancha de preguntas, este texto intenta llamar la atención sobre la necesidad de entrar con todo vigor a la producción de pensamiento consecuente con los tiempos.