Descripción:
Tanto la sociedad ecuatoriana en su conjunto como los extranjeros en general poseen una imagen doble y contradictoria de los Tsachila. Por un lado, parece que no serán considerados ciudadanos de pleno derecho mientras su asimilación no sea completa. Se aceptan mal sus particularismos culturales, especialmente cuando se les imputa causar problemas de cohabitación. Por otro lado, cuanto más los Tsachila se deshacen de su “salvajismo”, más se les acusa de corrupción, pues el exotismo es el único rasgo valorado de las minorías étnicas. Esta ambigüedad se ve parcialmente acusada cuando entramos en el complejo mundo del chamanismo.