Descripción:
Entre 1997 y 2005 tres presidentes que triunfaron en elecciones regulares fueron destituidos de sus cargos. Cada caso estuvo precedido del deterioro de la autoridad legítima del presidente y evidenció -en el más intenso momento de la crisis- la imposibilidad de que el presidente siguiera representando a quienes lo habían elegido. En las caídas participaron tres actores políticos: un grupo que ocupó el espacio público y afectó la estabilidad del régimen; los militares que replicaban la demanda de los actores movilizados y relocalizaron el centro del poder político; finalmente, los legisladores que recompusieron el desvío provocado por la coyuntura.