No se puede consentir, sin traicionar la verdad y la justicia, que las apariencias o las afecciones de bandería, establezcan en la opinión ciertas apreciaciones que sirven como de base para calificar al que, merced a infames manejos y a la nulidad del país, ha llegado a subyugarlo. "Los grandes hombres han dominado las naciones: Es así que García Moreno domina al Ecuador: Luego no puede menos que ser un grande hombre". Hé aquí consignado en su forma esplícita el falaz raciocinio de los que no quieren o no pueden emplear un pequeño trabajo intelectual, para convencerse con la historia, 1º, que no siempre han sido grandes hombres los que han dominado las naciones; y 2º, que la grandeza del dominante no puede proceder sino de la grandeza de la nación dominada; y que si bien el Ecuador conserva el nombre de nación, no es mas que un rebaño de esclavos, prontos a recibir la coyunda del absolutismo, y a obedecer automáticamente la voluntad de cualquier déspota, por estúpido y vulgar que fuera, con tal que posea la habilidad de poner en ejercicio el terrorismo, único resorte necesario para dominar la máquina social ecuatoriana, e imprimir en ella todas las formas y movimientos que quiera el capricho del tirano.