Con gran satisfacción y entusiasmo os felicito por la iniciación de vuestras labores parlamentarias; las que, sin duda alguna, tienen de traducirse en bienes positivos é inapreciables para la República. Os habéis reunido en momentos en que es necesario resolver importantes problemas políticos y económicos; pero la sabiduría y el acendrado patriotismo que os distinguen, son prenda segura de acierto en vuestras arduas y difíciles tareas. Sí, Señores Legisladores, tengo la firme convicción de que el Congreso Nacional, lejos de convertirse en rémora de la Administración, obviará todas las dificultades que se han presentado al Ejecutivo, y contribuirá eficazmente á que él país continúe su marcha triunfal por las sendas del Progreso.