Las hipótesis que han guiado este trabajo de tesis son las siguientes: - Los programas de educación y formación para el trabajo implementados a partir de los ´90 constituyeron medidas de “urgencia” ligadas al alto desempleo y a la caída de los ingresos, más que políticas de largo plazo dirigidas a la recuperación educativa de la población y a la generación de instancias coordinadas y reguladas de formación continúa para el trabajo. - Las diversas ofertas de formación profesional y los programas de capacitación para el empleo tuvieron coberturas muy reducidas y ofrecieron una formación puntual que no atendió las necesidades de educación formal de los jóvenes y adultos ni la favorecía la construcción de trayectorias formativas. - Los programas de empleo y de formación nacionales y provinciales se superpusieron respecto a la población objetivo, las estrategias de implementación y las especialidades de formación. - Los grupos con menor nivel educativo tuvieron (y aún tienen) las mayores dificultades para acceder, seleccionar y evaluar entre opciones fragmentadas y superpuestas de educación y formación y para desarrollar un proyecto educativo autónomo de mediano y largo plazo. Finalmente, se propone una interpretación de los escenarios actuales de la educación y formación intentando mostrar continuidades y rupturas en la orientación de las políticas. El desafío sigue siendo la generación de las condiciones para la recuperación de un Estado regulador que impulse la concertación de los diferentes sectores y actores en pugna.