Descripción:
En esta investigación me propuse comprender el fenómeno de la violencia contra las mujeres en el espacio universitario desde el lugar de enunciación del agresor que se anida en los testimonios de
las estudiantes en el contexto del Mayo Feminista en Chile (2018) y recopilados en el libro A mí también por la Red de Investigadoras (RedI, 2019). Los testimonios de las estudiantes constituyen una producción discursiva contrahegemónica que articuló un movimiento político feminista nacional, que no solo exigió el derecho a una educación no sexista y el rol del Estado de garantizarla, sino que mostró la relación fundante de la educación y la violencia en las instituciones educativas.
Seleccioné testimonios de las estudiantes en los que hay indicios de un intradiscurso de la voz del agresor citada directa o indirectamente, la que establece un diálogo con otros varones en posición de estudiantes en contextos de aprendizaje. En este sentido, comprender la violencia contra las mujeres desde la perspectiva del agresor implicó un desafío teórico-metodológico sobre la imposibilidad de acceder a su relato, el que pude leer a través del enfoque teórico del núcleo de la violencia de Rita Segato (2020) y el ensamblaje de las herramientas metodológicas del Análisis Crítico del Discurso (ACD), en específico la categoría de enunciación polifónica (Ducrot, 1984) que sucede por su carácter dialógico (Bajtín, 1982). Estas decisiones me permitieron explorar una de las preguntas principales de la investigación ¿Cuáles son las narrativas de masculinidad compartidas entre profesores agresores y estudiantes que organizan el estatus de género en la universidad y precipitan la violencia contra las mujeres? El análisis de los testimonios reveló tres ejes discursivos que organizan el estatus de género que
empuja la violencia contra las mujeres con un fin restitutivo de la masculinidad en el espacio universitario. En los testimonios analizados, estas matrices narrativas son compartidas en un diálogo entre profesores y estudiantes: el orden natural de los géneros; lo masculino como la norma y la inmoralidad y corrupción de las mujeres. A partir de los significados de estas narrativas, retrato un modelo de
masculinidad pedagógico anidado en el prestigio frente a otros hombres como valor constitutivo de la identidad masculina. En este escenario, los estudiantes son los destinatarios de esta pedagogía masculina que tiene existencia sólo si se inscribe en la mirada de
un par masculino (Segato, 2020) como es el grupo de estudiantes varones. En la investigación entrego una interpretación para comprender las narrativas de masculinidad implícitas que empujan las violencias contra las mujeres en los espacios universitarios. Un fenómeno normativo que organiza el estatus de género binario estructurante de las masculinidades comprometidas con el lugar del prestigio institucional. Postulo que es imprescindible desa(r)mar el modelo de masculinidad en todo el ciclo formativo con micro-macro
políticas educativas que transforme el modelo curricular
heteronormativo y considere un enfoque pedagógico comprensivo de las violencias anidada en el orden de género de toda organización
educativa.