Con el surgimiento de Internet y de las tecnologías digitales, llega la era de la Sociedad de la Información. El siglo XXI transcurre a través de las pantallas. Internet es un océano de información por el cual las personas navegan constantemente, visitando sitios que están saturados de publicaciones, proporcionando datos sobre todos los temas imaginables. Las redes sociales y las plataformas que ofrecen servicios para cubrir absolutamente todas las curiosidades humanas, están al alcance de tan solo un par de clics. La virtualidad ha desplazado la presencialidad en muchos ámbitos y la educación se ha visto invadida por dispositivos que han modificado las dinámicas que se desarrollan dentro y fuera de las aulas. Estas se alejan cada vez más de las tradicionales, aquellas en las que la transmisión de conocimientos es lineal y unidireccional, en las que los docentes enseñan y los alumnos aprenden. Este trabajo es una investigación sobre la irrupción de la Plataforma YouTube en las aulas de los centros educativos. El objetivo del mismo se centra en analizar los consumos de videos contenidos en la Plataforma, con intencionalidad exclusivamente educativa, por parte de los adolescentes de segundo y tercer año de bachillerato de cuatro liceos de la ciudad de Melo - Uruguay. En la investigación también se realizó una consulta a los docentes, con el propósito de conocer su apreciación en referencia a cómo se relacionan los consumos de esos videos con los procesos de aprendizaje y si los consideran un aporte que contribuye la comprensión de los contenidos, facilitando las competencias a desarrollar en el curso. La consulta se realizó a través de encuestas on line, auto administradas y diseñadas usando los formularios de Google forms. Se aplicaron en grupos al azar y en forma generalizada con respuestas totalmente voluntarias. De la conclusión se destaca que la experiencia educativa trasciende los límites del aula y quizás ya no sea apropiado hablar de una tríada didáctica, como la define Jean Houssaye en su modelo pedagógico de 1986, en el que propone que el acto educativo está integrado por tres componentes: el docente, el alumno y el conocimiento. En la actualidad, se suman nuevos actores a la escena pedagógica-educativa y tienen una fuerte influencia tanto en los jóvenes como en los docentes. Los nuevos elementos que han irrumpido en las aulas son productos audiovisuales que intervienen en los procesos de enseñanza-aprendizaje, aportando diferentes voces, estilos y formas de explicar y transmitir los conocimientos que se espera que los adolescentes puedan incorporar para culminar la educación secundaria.